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miércoles, 27 de abril de 2016

Nuesta alimentación




Alimentos veneno que consumimos de forma habitual y que pueden influir en la aparición de enfermedades crónicas. 


a Son alimentos que han sido desprovistos, muchos de ellos, de las cualidades esenciales para alimentar a nuestro organismo. Otros son alimentos que en la antigüedad eran tachados de venenosos y que actualmente son consumidos de forma natural. La lista de alimentos veneno puede ser larga y sorprendente. Cada día miles de personas ven como sin saber por qué sufren dolores difusos en su organismo que se ven incrementados en algún momento del día, te explico porqué. Estos alimentos veneno ayudan en la aparición de enfermedades crónicas y degenerativas como: Diabetes Cáncer Hipertensión arterial Fibromialgia Fatiga crónica Migraña Presión craneal de origen ideopático Enfermedades reumáticas en general. La lista de alimentos veneno es la siguiente: Harinas refinadas Azúcar Sal de mesa Arroz blanco Leche de vaca y derivados Patatas Pimientos Berenjenas Trigo y debemos incluir el gluten de algunos cereales Harinas refinadas: proceden del cereal al que se le ha eliminado el salvado y el germen, y ha sido tratada con blanqueantes, emulsionantes, estabilizantes, antioxidantes, antimoho. Mejor siempre elegir harinas integrales. Arroz blanco: El arroz blanco apenas se consumía en la antigüedad por lo complicado de descascarillar la semilla. En el germen del arroz se almacenan muchas vitaminas del grupo B y otros nutrientes muy importantes. Una vez pulido esos nutrientes se pierden, debemos incluir en nuestra dieta arroz integral a ser posible de origen biológico pues en la cascara se retienen los pesticidas. El arroz integral nos aporta una gran vitalidad.

 Azúcar: Es un producto químico puro, formado por moléculas de sacarosa. En el proceso de extracción de la sacarosa se priva de la fibra, minerales, vitaminas y oligoelementos a la remolacha o la caña de azúcar. El azúcar produce al metabolizarse residuos ácidos para cuya neutralización nuestro organismo extrae calcio de los huesos, estos se debilitan y nos conduce con los años la osteoporosis. El azúcar produce infección urinaria crónica, la simple supresión del azúcar permite a menudo terminar con las infecciones crónicas. También influye en el estado de ánimo, pues al ser absorbido de forma rápida por el intestino delgado provoca bruscas hiperglucemias, que conduce a un estado de excitación física y mental y la posterior hipoglucemia acompañada de depresión mental y cansancio físico que nos incita a tomar más azúcar.
 Sal de mesa: La sal común es un compuesto químico formado por cloro y sodio. La sal de mesa sólo contiene cloruro sódico y no es nada saludable. Debemos eliminar la sal de mesa e incluir en nuestra dieta sal marina o sal del Himalaya que además de cloruro sódico contiene yodo, magnesio y prácticamente todos los oligoelementos necesarios para nuestro bien estar. Un exceso de sal para un riñón poco efectivo o lento, puede ocasionar una retención de líquidos. Debemos tener en cuenta la sal que se encuentra oculta en los alimentos envasados, procesados y en la comida llamada basura.
 La leche de vaca y todos los lácteos: Los tan alabados lácteos empiezan a caer de la pirámide alimentaria. La Universidad de Harvard así lo ha dicho en un reciente comunicado. En su guía Healthy Eating Plate también mencionó que los altos niveles de grasas saturadas en la mayoría de los productos lácteos y los componentes químicos de su producción les hace un alimento para evitar. Se han descrito muchos problemas relacionados con la ingesta de los lácteos; Problemas circulatorios, alergias, inmunodepresión, diabetes juvenil, enfermedades otorrinolaringológicas, asma, cáncer, problemas reumáticos, migraña, fatiga crónica, colon irritable, fibromialgia, artrosis. Elimina los lácteos si quieres seguir una dieta que te ayude en el tratamiento de fibromialgia o dolores reumáticos. Mejor eliminamos o disminuimos los lácteos de nuestra dieta e incluimos otros alimentos más favorables y que nos aportan mejor calcio para huesos y dientes. En resumen, los lácteos tienen un alto contenido en antígenos que agotan el sistema inmunitario, haciéndonos más vulnerables a las infecciones y a las enfermedades directamente relacionadas con nuestro sistema inmunológico.
 Las solanáceas, patatas, tomates, berenjenas y pimientos: La familia de las solanáceas comprende unos 92 géneros con más de 2000 especies, se encuentran muchas especies de plantas estimulantes, venenosas y medicinales, como el tabaco, la mandrágora y la belladona. También algunos de nuestros alimentos estrella, patatas, tomates, berenjenas y pimientos. Estos alimentos contienen una sustancia llamada Solanina. Muchas personas sensibles a esta sustancia sufren algunos trastornos en su estado de salud físico y psíquico como la calcificación de tejidos blandos, articulaciones, arterias, riñones, pulmones. Puede intervenir en la aparición de la artritis, la artritis reumatoide, la arteriosclerosis, insuficiencia coronaria, esclerosis cerebral, cálculos renales, bronquitis crónica, la osteoporosis, hipertensión, el lupus eritematoso. Fíjate la próxima vez que consumas estos alimentos si tu enfermedad se ve agravada, si notas dolores musculares y calambres, pues la solanina retira el calcio de la sangre.
El trigo y el gluten: Se ha constatado que en el 80% de todas las alergias está implicado el trigo. El trigo, tiene sustancias llamadas lectinas que producen, en ciertos grupos de individuos predispuestos, reacciones adversas de tipo inmunológico, que se manifiestan de muchas maneras. Realmente lo que nos produce esa intolerancia es la proteína llamada gluten. Enfermedades reumáticas, migraña, colon irritable, enfermedad celíaca se ven mejoradas con su eliminación. Si juntamos la anterior información con el conocimiento de que el trigo es para la mayoría de nosotros el cereal de mayor consumo, nos encontramos frente a un problema desproporcionado y para muchas personas difícil de solucionar. El trigo actual ha sufrido variaciones y mejoras genéticas para incrementar su productividad. En este proceso ha perdido gran cantidad de proteínas, minerales, vitaminas y oligoelementos, produciendo un desequilibrio de nutrientes que hacen más difícil su asimilación.
El gluten: Muchos enfermos que refieren de dolor colo-rectal, migraña, fatiga crónica, colon irritable, fibromialgia, niños con problemas de crecimiento mejoran de forma rápida al eliminar el gluten de su dieta. Las personas afectadas por cáncer a consecuencia de los tratamientos agresivos para tratar la enfermedad, tienen muy debilitado el intestino. Por ello recomiendo una dieta libre de gluten. ¿Qué conseguimos con esta forma de comer? Desinflamar la pared intestinal para que pueda tener un buen funcionamiento y el organismo pueda absorber correctamente los nutrientes. Un reciente estudio del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, refiere la relación entre Fibromialgia y gluten, animando a estos pacientes a eliminar el gluten de su dieta habiendo comprobado la mejoría de los terribles síntomas.
Otros cereales sin gluten a tener en cuenta: Arroz, Quinoa, Mijo, Tapioca, Maíz, Amaranto. Sé que puede parecer exagerado eliminar o limitar estos alimentos de nuestra dieta habitual, pero ciertamente el organismo se ve recompensado pues los órganos funcionan mucho mejor y gozamos de mejor salud images Comemos veneno: “El cáncer, la infertilidad y la diabetes son por la comida “El aumento de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y el cáncer está directamente relacionado con los alimentos que comemos. Las hormonas sintéticas presentes en los fertilizantes y pesticidas que entran en contacto con la comida son muy peligrosas para la salud y no suelen detectarse en los análisis toxicológicos, por lo que se invalida el principio de que la ‘dosis hace el veneno’”. Con esta advertencia a modo de carta de presentación, la galardonada documentalista y periodista Marie-Monique Robin nos introduce en el mundo de la agroindustria, su campo de investigación desde hace más de una década, y sobre el que versa su último ensayo: Las cosechas del futuro. Cómo la agroecología puede alimentar al mundo (Península). Una obra fruto del análisis comparativo de diversos sistemas de producción alimentaria que, en sintonía con otras anteriores como Nuestro veneno cotidiano y El mundo según Monsanto, cuestiona el mito de que la bajadadel precio de los alimentos o de que el fin del hambre en el mundo solo son posibles mediante la producción industrial de alimentos. La principal novedad que aporta la autora gala con este último libro es que existe una alternativa demostrable, “más sobresaliente de lo que creía antes de iniciar la investigación”, y que se llama agroecología.El cáncer de cerebro y la leucemia están creciendo a un ritmo anual del uno al tres por ciento entre los niños, según la OMS La transición de la agroindustria a la agroecología todavía es posible, explica Robin, pero aun existiendo la voluntad política necesaria para propiciar los cambios legislativos que la permitan, “llevará muchos años descontaminar las tierras y las aguas subterráneas hasta poder producir alimentos sanos”. Es por ello que urge, en primer lugar, limitar el uso de pesticidas y transgénicos. “España es el país más permisivo de la UE con el cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y la comercialización de otras sustancias tóxicas, como el bisfenol A que en otros lugares como Francia está prohibido”. Una permisividad, alerta la autora gala, con unas consecuencias más que visibles: “Las parejas españolas son las que más problemas tienen de infertilidad en toda Europa, al afectar a una de cada cuatro”. Al mismo tiempo, los cánceres de cerebro y la leucemia están creciendo a un ritmo anual del uno al tres por ciento entre los niños, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ponen también de relieve el auge del origen fetal de las enfermedades en la edad adulta (presuntamente por el tipo de alimentación de la gestante). “La propia Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya se está dando cuenta de estas consecuencias y reconociendo las deficiencias del principio toxicológico de que ‘la dosis hace el veneno’ debido a las indetectables hormonas sintéticas, como demuestra la mayoría de literatura científica sobre esta cuestión”, apunta Robin. 
 El cenit del petróleo lo será también de la comida barata Tradicionalmente se ha relacionado el bajo coste de los alimentos con los monocultivos, el uso de pesticidas y fertilizantes para reducir las plagas, así como otras técnicas modernas de producción a gran escala. Sin embargo, Robin afirma que “los precios de los alimentos que compramos en el supermercado son completamente falsos porque no incluyen los costes directos ni los indirectos”. Los gastos derivados del tratamiento de las aguas contaminadas, del pago de las tasas por los gases de efecto invernadero, de las subvenciones (para el gasóleo, para exportar o directamente de la Política Agraria Común de la UE), así como de los sistemas públicos de salud, por el aumento de enfermos crónicos, son algunos de los costes asociados a la agroindustria que no se incluyen el precio de origen. “Si sumamos todos estos costes a los productos en origen, su precio subiría y serían más caros que los ecológicos”. Además, añade Robin, más de la mitad del precio está engordado por los intermediarios y finalistas.Tendrán que pasar muchos años para descontaminar las tierras y las aguas subterráneas hasta poder producir alimentos sanos Una realidad de la que no estamos muy lejos, según la autora gala, para quien antes o después tendrá que dispararse el precio de la comida, ya sea por el fin de las subvenciones (como se prevé con la PAC), por la creciente especulación bursátil con las materias primas en los mercados de futuro, o por el no menos inminente encarecimiento de los combustibles fósiles como el petróleo y el gas, debido a su cenit. Los productos químicos utilizados en la agroindustria se elaboran a partir de petróleo y gas, por lo que un aumento en el precio de estos recursos, junto a la escasez de agua, pondría a la agroindustria en la encrucijada. “Esta es la gran debilidad de las industrias alimentarias. Se sustentan sobre un modelo que depende de los combustibles fósiles, y está claro que el precio de éstos será cada vez mayor, por lo que el de los alimentos será parejo. No tiene sentido que la alimentación en el mundo dependa de la producción de petróleo en una región tan convulsa como es Oriente Medio”, lamenta Robin. 
 Alimentos saludables en un mundo sostenible: Las perniciosas consecuencias para la salud y el medio ambiente de la agricultura industrial, así como la crónica de una muerte anunciada que Robin comenzó a describir antes incluso de que se produjesen las primeras crisis alimentarias en Latinoamérica (relacionadas con los biocarburantes) han llevado a la francesa a recorrerse el mundo en busca de alternativas ecológicas. Después de estudiar diferentes técnicas agroecológicas pudo comprobar que su rendimiento puede ser mayor que con técnicas propias de la agroindustria.La gran debilidad de la agroindustria es que se sustenta sobre un modelo dependiente de los combustibles fósiles “Muchas veces, cuando hablamos de agroecología pensamos que se trata de volver a las técnicas empleadas por nuestros abuelos. No es así, se trata de prácticas mucho más complejas que dependerán de la zona geográfica donde se desarrollen, del tipo de cultivo o del tipo de tierra”, explica la autora. Sin embargo, Robin sí pudo comprobar que todos ellos coincidían en un principio básico: la complementariedad. “Se trata de un principio común mediante el que se busca complementar la biodiversidad del medio, mediante rotación de cultivos o interfiriendo en los ciclos biológicos de los insectos, para prevenir plagas y aumentar la producción”. La demanda de productos ecológicos por parte de los consumidores ha aumentado proporcionalmente al deterioro de la cadena alimentaria, “pero la oferta todavía no llega para abastecerlos a todos”, apunta Robin. Para hacerla extensiva a todo el mundo no llega con la concienciación del consumidor, que al fin y al cabo es el que más poder detenta con sus decisiones de compra, sino que se necesitan medidas políticas concretas. Entre las propuestas más urgentes para facilitar el cambio, la periodista cita “la prohibición de la especulación con alimentos, el fomento de la soberanía alimentaria mediante una férrea protección de los mercados y agricultores locales, y el acortamiento de las cadenas de distribución buscando conexiones directas entre consumidores y productores”. Solo mediante la eliminación de los intermediarios y finalistas, explica la francesa, el precio de los alimentos orgánicos se reduciría hasta en un 90%. Las bases para posibilitar un cambio de modelo están puestas “desde hace muchos años”, pero de no iniciarse una pronta transición, advierte Robin, “no podremos anticiparnos a las crisis alimentarias que resurgirán en cualquier momento” personalmente lo que mas me llama la atención es que donde mas mierda meten es en los alimentos de primera necesidad, alimentos que desde el mas pobre al mas rico tiene en su casa ,y principalmente son los alimentos con los que criamos y hacemos crecer a nuestros hijos (manda cojones). Nose vosotros pero yo cada vez veo mas claro que lo único que hacen es que toda la población este cada vez mas enferma tanto física como mentalmente tanto para poder dominarla mas fácilmente como para así hacerse ellos cada vez mas ricos con sus productos farmacéuticos y sus engaños ala sociedad (poblacion)…

1 comentario:

  1. Un comentario sobre LA VERDAD. El juez:¿Qué edad tiene usted? El reo: Veintidós años,señoria. El juez: Eso mismo viene diciendo usted desde hace diez años. El reo: Tiene usted razón,señoría,yo no soy de esos tipos que hoy dicen una cosa y mañana dicen lo contrario

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